jueves, 26 de febrero de 2015

Succión

El coordinador nos llama y nos dice, bañense en esta zona, porque por allá el agua los puede succionar y salir por el otro lado del arroyo, quedense de este lado del dique. El dique es chico, bajito de esos que arman los cordobeses más para los turistas que por necesidad ...¿que te va a succionar? nadie le cree mucho. Las chicas de séptimo usan maya, pero aparte, como son santiagueñas se tapan con una camperita o algo...¿Y Mussi? pregunta la vice. No aparece. Mussi es buscado por todos lados. Al rato aparece todo magullado, golpeado, pero feliz. No estuvo en la charla del coordinador...el arroyo ya lo había succionado y arrastrado como cien metros abajo. Mussi es grandote, nadie se explica como pasó por ese tú
nel de agua. El sol está lindo. Todos se olvidan al rato de Mussi, pero Mussi no se olvida del arroyo por varias horas...

Historias no contadas de los setenta

Voy por la orilla de la 27 de Abril, turno tarde, y girando por la Avellaneda está el amontonamiento. Hoy me dieron dos millones de pesos así que no se si comprar una gallinita (ahora que me acuerdo ayer compré una, riquísima, con ese jugo tan helado que corre cuando le cortas la cabeza) un palito helado o un chicle tatuaje, grande es el chicle tatuaje, además los puedes coleccionar. Bueno, el Bazooca también, y las historietas a mí me sirven, me demuestran que en un papel muy chiquito se pueden contar historias, que es lo que yo hago. Me decido por el chicle... mis hermanos han entrado ya porque ha sonado la campana...¡Me he olvidado de comprar el mapa político de Argentina!. Me cruzo hasta La Nena...hay un montón que se han atrasado, comprando mapas también. Mussi está ahí también con su figura inmensa, Piñeiro que es grande, y también Arias "El abuelo". ¿Cuántos años tendrá Arias? ¿y cuántos metros?. Yo creo que ya debería estar en secundaria "El Abuelo". Ya se escucha la voz de la dire: -Y a los que llegan tarde les vamos a poner tardanza. Mi corazón se acelera, mis manos sudan. Demora La Nena en atender, es voluminosa y tarde una eternidad en sacar los mapas, porque tiene que poner un banquito para poder subir, hacer equilibrio y sacarlos de arriba. Siento que los nervios me comen. Ya se va Mussi, ya se va Piñeiro y también Arias...pero hay changos de otros grados. De séptimo parecen porque son grandotes y me quieren quitar el turno. A codazos me hago lugar. Por fin me atiende. los mapas de Argentina del mostrador se le han acabado y a los otros los tiene en el fondo, en un lugar que ningún alumno a visto jamás y que es un misterio insondable. Corro. La ordenanza está por cerrar el portón. Me ve que estoy llegando y casi de lástima me deja entrar. Con la corrida, el chicle se me ha caído ahí en medio la calle. La ordenanza cierra el portón y veo como pierdo esa golosina para siempre. No sabré jamás que tatuaje traía. Una angustia me invade por lo que ya nunca se podrá recuperar. Cuando llega la hora de geografía la seño se va a dirección. Cuando vuelve, después de largos minutos, ya está por tocar la campana. Lo del mapa de Argentina lo dejamos para el lunes, dice.